Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog

Visítanos...

  boton doc  
  boton videos  
  boton decretos  
  boton logo  
  boton-cursos  
  boton transporte  
  boton accidentes  
  boton rescates  
  boton sanidad  
  boton rit.cardiaco  
  boton interes  
  boton humor  
  boton algoritmos  
  boton-trafico  
  boton-incendios  
  boton contacto  

Farmacos

Esta web se ve mejor con:

  Google Chrome
Mozilla Firefox
 

free counters
3 marzo 2013 7 03 /03 /marzo /2013 00:44

Carta a mi Padre 546608 365341413516809 1776420458 n

 

Hola papá, soy yo, tu hijo el paramédico, el que no te hizo caso de ir a la universidad, el que prefirió ese trabajo, que aunque no nos da mucho para vivir, dentro de su modestia tiene muchas satisfacciones.

 

Me ha tomado muchos años el poder valorar justamente lo que has hecho por mí, desde mi nacimiento hasta el presente. 

 

Ahora lo comprendo y no tengo cómo expresarte mi gratitud. 

 

Gratitud que es sentir que has recibido algo, que sabes no podrás pagar jamás. 

 

Créeme papá, que el sentimiento de servir a los demás sin esperar nada a cambio es una de las satisfacciones que no se encuentran en ningún otro trabajo. 

 

Papá tú me has dado mucho: tu nombre limpio y digno, tu ejemplo recto, tu tiempo, tu amor, tu paciencia, tu visión anticipada de un futuro que exige cada vez mejores hombres y la preparación amplia en campos cultos a la cual tú nunca tuviste acceso. 

 

Pero lo más importante es, que me enseñaste a ejercer tu antigua profesión, el ser paramédico, me mostraste a cada persona como una sola, ayudar sin mirar color, edad, ni razón económica, eso es el mejor regalo que nunca te podré dar. 

 

Si, es cierto, nuestra profesión a veces es muy ingrata, muchos nos tratan con agresiones e insultos al cumplir con nuestro trabajo simplemente porque desean que estuviéramos ahí en el instante que sucede un accidente. 

 

Pero nadie se preocupa por agradecernos, mucho menos en pensar lo que tuvimos que pasar para poder llegar, hay gente que hasta nos humilla gritándonos, dicen que para eso nos pagan; y tú, papá, mejor que nadie sabes que no es así. 

 

Ser padre no es fácil, nadie te da un manual de instrucciones, y cada hijo es diferente. 

 

En tu caso la tarea es doblemente difícil, dada la naturaleza peligrosa a la que estoy expuesto día con día: 

 

Si yo mismo no me entiendo en ocasiones, ser mi padre no ha de ser nada sencillo. 

 

Tú has sabido hacerlo de tal forma que no tengo nada que reprocharte. 

 

Haz sabido ser el más confiable, constante y presente de todos mis amigos. 

 

Nos has dado todo lo que es tuyo, incluyéndote a ti mismo y haz preparado para mí, un futuro luminoso, del cual yo estoy ahora tomando las riendas. 

 

Tu sabes que cuando salgo de casa no sé si volveré a verte porque nuestro trabajo es de riesgo constante, en donde cada servicio va de por medio nuestra vida misma. 

 

Así mientras más de una noche tú, me esperas inútilmente para darme otra vez ese consejo, consejo que créeme lo tomo muy en cuenta, porque así demuestras tu inmenso cariño hacia mí. 

 

Me pides que no desperdicie mi vida, por las personas que ni siquiera conozco y que día a día solo tratan de humillarme; pero papa, no te preocupes, porque yo la estaré entregando en algún servicio de emergencia. 

 

Te pido hoy que tengas confianza en tu obra: haz sabido hacerme fuerte y hábil, y a distinguir lo bueno de lo malo. ¡Confía en mí! 

 

Tú me diste la vela y el mar: déjame navegar y verás que no te defraudaré. 

 

Si a veces no te veo, quiero que entiendas que fue por este difícil pero significativo trabajo que yo escogí, a pesar de las críticas constantes. 

 

Pero sobre todo deseo que comprendas que no sabemos decir NO cuando alguien nos necesita. 

 

Yo sé que cuando la sociedad descansa o se divierte, yo también quisiera estar ahí contigo divirtiéndome, pero por el momento me conformo con verte de vez en cuando, porque sé que te sentirás orgulloso, aunque ambos sepamos lo que es este trabajo. 

 

A pesar de todo padre, en mi mente te encuentro en cada instante, cuidándome y en cada servicio eres como mi amuleto. 

 

Perdóname papá, por no haber sido el profesionista que tu hubieras querido que fuera. 

 

Perdóname, por no estar ahí la navidad, el día del padre, el día de tu cumpleaños, y todas las otras fechas en que se reunió la familia. 

 

Pero quisiera que me comprendieras y que aunque no puedo estar contigo como tu quisieras, ni atenderte como te mereces, a cambio solo puedo darte mi honor y mi orgullo, el orgullo de haber ayudado a salvar una vida. 

 

Por todo esto y más, perdóname papá, pero así mismo compréndeme y apóyame para seguir adelante sin desfallecer en esta difícil labor que con todo el gusto del mundo, yo escogí y que tú me ayudaste a comprender. 

 

Ahora quiero que sepas que todo lo que haga, todo lo que logre, hoy o mañana, es gracias a ti y a mi madre. 

 

Nunca olvidaré cuánto te debo y siempre ocuparás una posición de honor en mi corazón, en mi mente, y en mis frutos. 

 

¡Gracias papá, por enseñarme a dar el todo por el nada! 

 

Atentamente: 

 

Tu hijo el Paramédico. 

 

Compartir este post
Repost0

Comentarios